TAMPA— El 28 de abril de 1980 Betty Viamontes llegó desde Cuba a Estados Unidos. No venía sola. La familia de Viamontes fue parte del éxodo del Mariel, donde salieron de Cuba más de 125,000 cubanos a bordo de embarcaciones que hacían la travesía entre el Puerto de Mariel, en Cuba, y Cayo Hueso, en Florida.
Desde ese viaje hacia la libertad han pasado 39 años, Viamontes comenzó desde cero, fue a la universidad, se convirtió en una alta ejecutiva y hoy a través de su vida y su vocación de escritora inspira a cientos de jóvenes y mujeres. Por eso y mucho más el Comité de la Herencia Hispana de Tampa la seleccionó como la Mujer Hispana de 2019 y celebrará sus logros — y los de Simón Canasí, Hombre Hispano del Año- el 12 de octubre en el Hilton Tampa Downtown.
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Viamontes tenía 15 años cuando se embarcó en el Capt. J.H., un barco camaronero de sesenta y siete pies de eslora. Con ella viajaron su madre Milagros 'Mily' Valdés, su abuela y sus dos hermanos menores, Lissette y René, además de cerca de 200 personas más que huían del sanguinario régimen cubano.
Viamontes había crecido sin su padre. A los tres años su padre había logrado salir de Cuba y a ellos los castigaron no dejándolos salir. Vio a su madre llorar todas las noches y trabajar hasta en tres trabajos. Experimentó el acoso sexual que Mily sufrió cuando visitaba la oficina de inmigración en La Habana. Hasta que lograron salir de la isla sin nada, pero con la cabeza en alto.
Estados Unidos a Viamontes le parecía un país "tan grande en comparación con lo que había dejado atrás".
Al poco tiempo la familia llegó a Tampa. A su padre no le había ido bien en los 12 años de exilio.
"Nosotros no teníamos nada mi papá comenzó a trabajar en un 7-Eleven y nosotros dormíamos en el suelo", recordó Viamontes en una entrevista con CENTRO Tampa. "Apenas teníamos para comer, a veces nos tocaba esperar que llegara mi papá, que traía la comida que iban a botar donde trabajaba".
Pero esa lucha los había formado. Habían madurado a la fuerza.
"Eventualmente cuando tuve novio las cosas cambiaron con mi papá. Él pensaba que a esos niños que había dejado en Cuba el tiempo no los había tocado, que éramos los mismos niños", contó Viamontes, quien actualmente es la presidenta del consejo de administración (Trustee) de Hillsborough Community College y directora financiera del Lions Eye Institute.
Viamontes se casó muy joven, tuvo que dejar la universidad, se había ido de su casa y vivía con Iván, su esposo, en un tráiler. Estaba esperando a su único hijo a sus 18 años. Eso no le impidió seguir soñando. Cuando su hijo cumplió cuatro años Viamontes regresó a estudiar, quería convertirse en Contadora Pública. Lo logró al final en la Universidad del Sur de la Florida.
"Tuve que empezar de nuevo. Fui primero al Hillsborough Community College. El inglés no lo sabía perfecto…", dijo Viamontes. "A mi hijo a veces me tocaba llevarlo a clase y algunos maestros me dejaban sentarlo atrás o me tocaba dejarlo en la librería haciendo tareas si no me dejaban entrarlo".
Fue duro para la familia, el niño observaba callado la lucha de su madre por superarse. Pero ese ejemplo se refleja. Iván Jr, el hijo de Viamontes, es hoy en día vicepresidente para un banco.
"Mi mamá me empujaba, me retaba, decía que no iba a llegar lejos", recordó Viamontes, que eso era un estímulo para demostrar lo contrario.
Actualmente Viamontes es la cabeza de la directiva de los cinco campus de HCC.
"Nunca me imaginé la vida que he vivido", dijo Viamontes visiblemente conmovida y con lágrimas en los ojos. "Desde que salimos de Cuba todo tuvo una razón de ser, incluso hasta el libro que mi madre hizo que le escribiera".
Viamontes heredó de su madre no solo la tenacidad ante la vida, sino el diario donde plasmaba sus vivencias y aunque le tomó varios años convertir esa herencia en un libro "Esperando en la Calle Zapote", esa nueva faceta de escritora le ha abierto puertas.
La madre de Viamontes falleció en 2011 y su padre en 1987 tras sufrir un derrame cerebral.
"Personas de la directiva del Tampa General Hospital (donde Viamontes trabajó más de dos décadas) que lo leyeron (el libro) me dijeron:'!Dios mío, esta ha sido la vida tuya!'", dijo Viamontes.
Un día le invitaron a un grupo de mujeres que estaban empezando para expandir la presencia femenina en las directivas estatales. En esa reunión Viamontes conoció a la asistente del entonces gobernador Rick Scott. Al poco tiempo le sugirieron aplicar a la junta de administradores de HCC.
Su trabajo en la junta envuelve responsabilidades como: el presidente del HCC reporta a la junta, cabildeo en Tallahassee y estudio de los aumentos administrativos.
"Yo hago muchas preguntas y les digo envíeme qué sustancia este aumento, lo hago, es nuestra responsabilidad. Es muy importante asegurarme que los estudiantes tengan los recursos que necesitan", aseguró Viamontes. "Por ejemplo les pregunté: '¿Ustedes tienen un Hispanic Council que tengan representación de cómo navegar las aguas desde el Comunity College…? e hice una moción y por primera vez en la historia del HCC hay un proceso de un council desde la directiva".
Antes de ese puesto educativo Viamontes estuvo en el Tampa General Hospital donde estaba a cargo de la contabilidad para 12 compañías y más de 30 empleados. Pero prefirió documentar la historia de las familias cubanas. Por poco tiempo estuvo alejada de los números y los cambió por palabras. Al punto que ha escrito cuatro libros más y está en proyecto de uno nuevo que reflejará cuatro perfiles inspiradores de inmigrantes, y se llamará Finding Water in the Desert.
En medio de la promoción de libros Viamontes ha realizado varios eventos, en uno de ellos conoció a Melissa Martini, quien viajó desde lejos solo para conocerla.
"La historia de Bettty es inspiradora y me cuestionó si ella ha pasado por todo eso y ha logrado tanto por qué otras personas no pueden hacerlo", dijo Martini en entrevista telefónica. "He leído todos sus libros".
Martini se identificó con el libro de Viamontes porque ella también ha tenido que superar obstáculos en la vida.
Esa es la misión de Viamontes, quien dijo le interesan las historias para que las mujeres no se encasillen en lo que los demás creen que es la mujer latina.
"La mujer latina es mucho más de lo que las ponen en TV, como criadas por ejemplo. Eso es lo que quiero enseñar que somos mucho más, que se puede encontrar algo más si buscamos. Tenemos que juntar nuestros talentos", afirmó Viamontes, quien es una alta ejecutiva en Lions Eye Institute y desde su posición como jefe de finanzas ha podido ayudar a muchos.
"El Eye Institute es un lugar espectacular, procuramos el tejido de corneas y tejido ocular de los que donan tejido. Nosotros recuperamos ese tejido, lo procesamos y lo repartimos a 86 países y a la vez también damos tejido gratis a personas que no pueden ver", dijo Viamontes. " Ahora estamos recuperando piel para personas víctimas de quemaduras, buscamos otras maneras de ayudar".
Para asistir a la gala de la Mujer y el Hombre Hispanos del 2019, visite Tampahispanic.org
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