Por Carlos Bohórquez
Especial para CENTRO Tampa
TAMPA - “Viajar es descubrir que todos están equivocados sobre los otros países”. La frase de Aldous Huxler es parte del descubrimiento que niños entre 9 y 12 años de edad realizan durante 3 semanas cada otoño. Al menos 12 jovencitos viajan desde Tampa hacia Madrid y de la capital española a la Bahía llegan otros 12. Todo con la intención de aprender cultura, idioma, hábitos y, sobre todo, la aventura de estar fuera de casa en una familia ajena haciendo nuevos amigos, jugando deportes desconocidos y hasta comiendo platos jamás vistos antes.
“La cheeseburger es una cosa riquísima. ¡Vaya que en España no se ven tantas en la calle!” dijo Sofia Fleifel, una de las estudiantes de intercambio que, en 2019, estuvo en Tampa viviendo esta experiencia de la mano de la escuela Corbett Preparatory School. Desde hace 14 años llevan adelante este programa que busca un intercambio educacional - cultural que comenzó debido a la inquietud de maestros españoles y tampeños quienes claramente entendieron que la necesidad de crecimiento personal es fundamental para quienes mañana serán los que estén al frente de las sociedades, tanto americanas como españolas.
En Tampa la maestra Alejandra Izquierdo y en España Alicia García son las encargadas de ejecutar este programa que año tras año pone a prueba no solo el valor de los niños estudiantes sino también de las familias tanto para quienes reciben a un visitante en casa como para quienes envían a un lugar desconocido a sus pequeños.
"En 14 años una sola vez estuvimos a punto que un niño regresara pero no era por el chico sino por la madre ya que las emociones le hicieron una mala jugada y quería ver a su hijo”, recordó García cuando se le preguntó si alguien ha renunciado al programa en pleno desarrollo.
Los estudiantes no pueden ocultar su alegría. Una de ellas fue la española Sofía Carra.
“No puedo creer la cantidad de vegetación que hay aquí, pues en Madrid no vemos esto, tantos animales bellos, donde me ha tocado vivir veo garzas todos los días”, dijo Carra sobre sus impresiones de vivir temporalmente en Tampa.
Con este programa el concepto de la herencia hispana rebasa el común denominador. Transmitir el conocimiento y mantener vivos valores fundamentales como el idioma hacen que la hispanidad sea enaltecida.
"En clase tenemos discusiones de un nivel muy alto para las edades de todos los estudiantes cuando caemos en temas culturales, que vengan los estudiantes españoles enriquece mucho el aula porque nosotros aprendemos, ellos aprenden, hacer contacto con otras culturas hace que se descubran nuevos mundoS” señaló Izquierdo quien, como maestra de español de la escuela, es quien más contacto tiene con los estudiantes españoles por el tema del idioma.
“El objetivo principal del programa es que lo niños vivan y se sientan inmersos en la vida cotidiana de cómo se vive acá en Tampa, la misma rutina, casa, colegio y hasta entretenimiento los fines de semana” sostuvo García. "Es fundamental que ellos no sientan que son los diferentes y la mayoría de las veces funciona tan bien y los niños se adaptan tan rápido que a más de uno lo que más le cuesta es regresar con sus familiares porque les encanta a donde van”.
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Los alumnos no solo aprenden lecciones y el estilo de vida local. Hacen también nuevas amistades.
La preparación de los estudiantes
Alicia García, maestra y parte del equipo fundador de este programa como enlace en Madrid, explicó que son tres semanas en donde cada estudiante vive con una familia previamente seleccionada y hace una vida como si estuviese en su casa.
“Buscamos que de alguna forma la familia y el estudiante tengan puntos en común por ejemplo niños en la casa con edades similares. Los mismos profesores de alguna forma reconocen quienes de todos los niños que aplican para el programa están a un nivel de madurez emocional capaces de entrar al programa porque aunque viajan acompañados por representantes de la escuela, los estudiantes vivirán solos junto a una familia desconocida para ellos”, indicó García. "Desarrollarán su vida aunque siempre supervisados por nosotros pero la mayoría del tiempo ellos solos y eso no es tarea fácil”.
En otro momento García explicó que los niños que participan en el intercambio asumen un reto bastante grande porque tanto aquí en Tampa como en España los estudiantes se enfrentan a clases en un idioma distinto, y tienen que superar muchas barreras. De acuerdo a García no hay todavía un caso de un niño que al final quiera volver o que forzosamente debió enviarse de vuelta.
"La experiencia es tan bonita que terminan enamorados ya sea de Tampa o de Madrid”, dijo García, quien además añadió que uno de sus hijos fue un estudiante de intercambio del programa hace ya muchos años “y le tocó volver a visitar a la familia que lo recibió aquí en Tampa porque el lazo que se creó fue muy grande”.
Hablan los protagonistas
En primera persona los protagonistas de esta historia son los estudiantes. Un grupo de 12 alumnos que cada año viven esta experiencia.
Según García el número obecede a un tema logístico.
"Ampliar el programa es uno de los objetivos con más escuelas involucradas e inclusive en otros niveles educativos pero la preparación lleva tiempo porque no movemos de un país a otro mercancía sino personas y hay que estar muy seguros de lo que hacemos”, precisó García quien además recalcó que el funcionamiento del programa en España es exactamente igual a la manera en que se ejecuta en Tampa.
Pablo Fernández (10 años):
Dijo que los deberes o las tareas y el cambio de hora es uno de los puntos más complejos del intercambio: “Vaya que el cambio de hora aquí se siente porque debo levantarme más temprano y hay tareas para hacer en casa todos los días, eso para mí es bien complicado en comparación al sistema que tengo en casa (Madrid)”.
Sofia Carra (10 años):
“Yo necesitaré como tres semanas para contarles a todos todo porque quiero contar día por día, todo es impresionante, la comida, el entretenimiento, todo lo que he aprendido del idioma, venga que quiero ya programar un viaje de vuelta a Tampa”.
Mariela Martin (9 años):
"El inglés es una de las cosas más intersantes. Veo que aquí hay mucha tecnología en los salones de clases que me encantan, eso se los voy a decir en mi escuela porque necesitamos esa tecnología”.
Sofia Fleifel (10 años):
“Hay un montón de oportunidades que en España no he visto, tantos lugares bonitos, unos coches hermosos pero sobre todo quisiera que hubiesen más ardillas en Madrid para darles de comer porque me encantan”.