TAMPA — Durante la ola de frío durante Navidad, tuberías de agua empezaron a estallar alrededor de Tampa — 50 veces en una semana en la tercera ciudad más grande de Florida.
Mientras cerraban las calles para arreglar las rupturas y los residentes sufrieron molestias, oficiales dijeron que el agua que venía de una reserva poco profunda en el río de Hillsborough había disminuido 50 grados en temperatura. Toda el agua fría que vino hacía la ciudad causó caos a gran escala ya que muchas de esas tuberías son muy viejas, de más de un siglo.
La ciudad está entrando a su quinto año de un programa de 20 años para arreglar estas tuberías. El programa de $2.9 billones, llamado PIPES (Progressive Insfrastructure Planning to Ensure Stability) también reformará las plantas de agua y alcantarillado de la ciudad y sus sistemas de distribución.
Hasta ahora, 115 tuberías están en construcción, obtención, planeamiento o llegando a su final a un costo estimado de $1.2 billones, según información de la ciudad.
A pesar de todo ese trabajo, la ciudad aun no ha visto ninguna disminución notable en las roturas de la línea de agua, dijo Brad Baird, subadministrador de infraestructura de la ciudad.
“No hemos visto ninguna disminución todavía,” dijo Baird, recalcando que la meta es cambiar 20 millas de líneas de agua y 30 millas de tubería de aguas residuales al año. Pero también dijo que es difícil ya que hay 1,400 millas de alcantarillado y 2,300 millas de tuberías de agua.
“Va a tomar tiempo ver una diferencia notable,” dijo Baird.
Calles cerradas por reparaciones llaman la atención de los residentes.
El año pasado, la ciudad tenía 1,853 rupturas de líneas principales y de servicio, dijo Baird, causando que la ciudad perdiera entre 7% y 10% de su agua. Eso suma alrededor de $20 millones al año, aunque la ciudad no ha calculada el valor de la pérdida del año pasado, dijo él.
El plan original de la ciudad era tomar un enfoque holístico reparando las calles, desagües de aguas pluviales y aceras al mismo tiempo que arreglaran las tuberías, pero esa idea no se llevó a cabo.
El fracaso del impuesto de un centavo en las votaciones de noviembre junto al cambio de énfasis del Distrito de Administración del Agua del Suroeste de Florida para dejar de financiar el trabajo de aguas pluviales obligó a la ciudad a desechar ese plan.
Pero el cambio de planes trae esperanza. La ciudad está haciendo reparaciones subterráneas bombeando un revestimiento a base de resina en las tuberías para sellar las fugas, las cuales no requieren el cierre de calles.
Los funcionarios de infraestructura de la ciudad también han tenido que improvisar a medida que cambian las circunstancias. Los problemas en la cadena de suministro y la inflación han obligado a la ciudad a posponer algunos proyectos. Mientras tanto, se han producido otros fallos inesperados. Un ejemplo es la fuga en la planta de oxígeno de la instalación de aguas residuales de Howard F. Curren, la cual juega un papel crucial en el tratamiento de las aguas residuales. Costará $35 millones, dijo Baird, lo que obligará a los planificadores a adelantar sus reparaciones y retrasar otras.
Giros inesperados ocurren en cualquier proyecto de infraestructura. Pero el trabajo de tuberías no es solo otro trabajo de reparación. Es el proyecto de infraestructura más grande jamás realizado en la historia de la ciudad, dijo Baird, eclipsando la reparación de aguas pluviales de $251 millones durante el mandato del exalcalde Bob Buckhorn.
Fue Buckhorn quien dio luz verde a los administradores de servicios públicos para abordar los desafíos del envejecimiento del sistema de agua y alcantarillado. La alcaldesa Jane Castor convirtió en una prioridad en el primer año de su administración en 2019 impulsar el plan de trabajo a través del Concejo Municipal. El costo se pagará aumentando las facturas de servicios públicos (la factura promedio casi se duplicará para el otoño de 2026 a $75.21) y mediante la emisión de bonos. Al final del proyecto, los bonos representarán aproximadamente la mitad del financiamiento, dijo Baird.
La ciudad está aprovechando su calificación de bonos AAA para servicios públicos, lo que facilita los préstamos. La alta calificación de bonos es un motivo de orgullo, dijo Baird, y agregó que Tampa es la única empresa de servicios públicos en el área de la bahía que tiene esa calificación y una de las 13 en todo el país.
“Eso es aire enrarecido,” dijo Baird. “Estamos en muy buena forma financieramente.”
Una preocupación en 2019 era cómo reaccionarían los residentes ante facturas de servicios públicos más altas, pero Baird dijo que no han recibido muchas quejas. Y la ciudad implementó un programa de asistencia para ayudar a los residentes de bajos ingresos a realizar los pagos.
El concejal Guido Maniscalco, que representa al oeste Tampa y partes del sur de Tampa, dijo que no ha escuchado ninguna queja sobre facturas de servicios públicos más altas.
Los residentes reconocen el trabajo que hay que hacer, especialmente cuando todavía hay una “cantidad ridícula” de fugas de agua, dijo Maniscalco
“Saben que están recibiendo algo por su dinero. Es algo tangible,” dijo.
Él tiene que educar a algunos residentes frustrados por la falta de mejoras en su vecindario, explicando que el proceso tardará otros 16 años en completarse.
“La gente se frustra cuando se cierra una carretera y tienen que desviarse,” dijo Maniscalco. “Pero esto está solucionando el problema.”