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Fotos cortesía de ALE's CHARCUTERIE
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Nunca imaginó que su amor por la charcutería la llevaría a establecer su propio negocio en los Estados Unidos. Después de dejar su tierra natal debido a la crisis política y la persecución gubernamental de aquellos que disienten del régimen venezolano, Alejandra Pacheco se encontró en el área de Tampa Bay en un abrir y cerrar de ojos, enfrentándose no solo a un nuevo entorno desconocido, sino también a la incertidumbre de cómo reconstruir su vida.
Una verdadera coloniera de corazón, proviene de uno de los pueblos con mayor influencia alemana en América Latina, en Venezuela, donde la charcutería es un elemento cotidiano. Un lugar pintoresco que podría compararse con la ciudad de Helen en Georgia, no solo por su clima, sino también por su tradición en costumbres alemanas y producción de embutidos, una tradición que influyó profundamente en el enfoque culinario de Pacheco.
Al llegar, la venezolana tuvo que enfrentarse a numerosos desafíos, incluyendo adaptarse a un clima radicalmente diferente al de Colonia Tovar, pasando de un clima montañoso fresco constante al calor y la humedad de Tampa.
"El clima aquí en Tampa es muy caluroso, y yo estaba acostumbrada a la temperatura fresca de Colonia Tovar. Creo que esa fue mi primera barrera a superar como inmigrante", dice Pacheco.
También tuvo que navegar por las complejidades inherentes al proceso de inmigración de los Estados Unidos, sobre el cual no tenía conocimientos previos.
"Llegué sin nada, y creo que uno de los mayores desafíos que enfrentas como inmigrante es la falta de comprensión de la complejidad del sistema de inmigración", explica Pacheco. Afortunadamente, tuvo personas de la misma comunidad que le tendieron una mano y pudieron asesorarla.
En modo de supervivencia
El primer trabajo de Pacheco en el área de Tampa Bay fue en una carnicería latina, un trabajo que ella misma describe como un comienzo difícil ya que no tenía conocimientos previos acerca de la manipulación de carnes. Acostumbrada a seleccionar los mejores cortes de carne en su país, ahora se encontraba al otro lado del mostrador, aprendiendo a tallar cada pieza con precisión. Este trabajo, aunque desafiante, le permitió desarrollar un profundo entendimiento del proceso de preparación de carnes, conocimiento que eventualmente aplicaría en la creación de sus tablas de charcutería.
Admite que, aunque fue difícil, este trabajo le enseñó la importancia de la humildad y la resiliencia, valores que serían fundamentales en su éxito posterior como emprendedora.
Más tarde, la venezolana encontró un trabajo en una clínica dental, donde asumió responsabilidades administrativas. Este nuevo entorno laboral le permitió perfeccionar sus habilidades de gestión y organización, que resultaron esenciales cuando decidió establecer su propio negocio. En la clínica, Pacheco se familiarizó con el sistema de servicio al cliente y las multitareas en Estados Unidos, todas habilidades que le serían útiles al manejar su negocio de charcutería más adelante. Aunque no era la primera vez que gestionaba un negocio —posee un pequeño hotel en Colonia Tovar—, Pacheco aprovechó cada oportunidad para aprender y crecer, aunque sentía que necesitaba hacer algo más; quería encontrarse a sí misma.
"Hubo momentos en los que no me reconocía; sentía que estaba en modo automático, solo sobreviviendo", recuerda. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, su determinación la mantuvo enfocada en salir adelante en su nuevo destino, comenzando desde cero y echando raíces a toda costa.
Este conflicto interno se manifestó en una profunda nostalgia por su vida en Venezuela, por la comunidad que había dejado atrás y por los aspectos de su cultura que ya no formaban parte de su vida diaria.
"Era como si hubiera perdido mi brújula y, sin ella, cada paso que daba parecía alejarme más de la persona que solía ser", dijo. Esta sensación de estar perdida, tanto física como emocionalmente, la llevó a cuestionarse quién era realmente y qué quería lograr en este nuevo capítulo de su vida.
De hecho, recibió algunos consejos de su amigo Gunter Hubrig, uno de los mejores maestros de charcutería del mundo, quien ostenta el Récord Guinness por crear la salchicha más grande de todo el planeta en 1993. Hubrig llegó a Colonia Tovar desde Alemania en 1981. En esa ocasión, la salchicha pesó 498 kilos y midió 15 metros.
La idea de hacer tablas de charcutería para eventos y ocasiones especiales le fascinó, comenta Pachecho.
Entonces comenzó a comprar quesos y embutidos para decorarlos. Y así, se fueron sentando las bases para lo que se convertiría en el éxito de Ale's Charcuterie Boards.
La emprendedora hispana comenzó a experimentar con la preparación de estas tablas utilizando ingredientes tradicionales que evocaban los sabores de su infancia.
Una obra de arte
"Hacer tablas de charcutería es mi pasión. Es como pintar con los dedos o esculpir con arcilla", dice Pacheco, quien encontró en la charcutería una forma de reconectarse con su identidad y compartirla con su nueva comunidad.
El enfoque de Pacheco en mantener vivas las tradiciones hispanas también se refleja en su participación en eventos culturales locales y la creación de tablas personalizadas para ocasiones especiales. Desde celebraciones de quinceañeras hasta fiestas navideñas, la empresa se ha convertido en un referente para quienes buscan agregar un toque de sabor y cultura a sus eventos.
"Cada tabla es una obra de arte que refleja no solo mi pasión por la charcutería, sino también el amor por mis orígenes y mi deseo de compartirlos con los demás", dijo Pacheco.
Desde el momento en el que decidió convertir su pasión en un negocio, enfrentó una serie de obstáculos adicionales que la hicieron cuestionarse respecto a si podría o no, lograr su sueño en un país extranjero.
Uno de los mayores desafíos fue el acceso al capital, una barrera común para muchos emprendedores latinos en los Estados Unidos. Sin embargo, la intervención de Enterprising Latinas fue un punto de inflexión en su camino.
Esta organización sin fines de lucro en Wimauma, dedicada a empoderar a las mujeres latinas en Tampa, le proporcionó a Pacheco el apoyo financiero que necesitaba, junto con una capacitación empresarial esencial y mentoría para desarrollar su empresa.
"Enterprising Latinas me dio esperanza. Gracias a ellas, pude obtener un préstamo de $10,000 que ha sido transcendental para mi negocio", comparte Pacheco. Este financiamiento le ha permitido adquirir el equipo necesario y establecer su marca en un mercado de alta demanda competitiva.
Junto con el apoyo financiero, Pacheco enfatiza la importancia de las mentorías y el acceso a una red de mujeres emprendedoras que han pasado por experiencias similares.
"Lo que más valoro de Enterprising Latinas es que te acompañan en cada paso del camino. Te sientes apoyada, empoderada, como si tu proyecto también fuera el de ellas", afirma la venezolana.
Creatividad en su máximo esplendor
Uno de los elementos clave en el éxito de su negocio ha sido la capacidad de Pacheco para innovar y diversificar sus ofertas. Desde la creación de tablas personalizadas para mascotas, conocidas como las "Charcuterie Boxes for Dogs", hasta la planificación de la implementación de máquinas expendedoras de charcutería en aeropuertos y la participación en más eventos culinarios en el futuro.
La empresaria ha demostrado una visión corporativa que va más allá de lo convencional. Actualmente está trabajando en la creación de un servicio de catering VIP para vuelos privados, un segmento exclusivo que exige calidad y personalización.
"Estamos diseñando planes futuros para bandejas de charcutería en jets privados, con la misma atención al detalle que ponemos en todas nuestras tablas. Quiero que cada tabla sea una nueva experiencia, algo que sorprenda y deleite a nuestros clientes", dice Pacheco.
Este enfoque ha permitido que la empresa se mantenga relevante y en constante crecimiento con una propuesta de valor que marca la diferencia frente al resto.
"Quiero que mi negocio sea accesible para todos, en cualquier lugar y en cualquier momento", dijo Pacheco.
Y eso incluye a los amantes de los animales.
La introducción de productos para mascotas, por ejemplo, ha captado la atención de dueños de perros y gatos que buscan opciones saludables y deliciosas para sus compañeros.
"A nuestros clientes les encanta la idea de poder consentir a sus mascotas con algo especial. Es un mercado que está creciendo y que queremos seguir explorando", dijo Pacheco.
La creación de un sitio web y una landing page está en progreso, lo cual facilitará la interacción con los clientes para que estos puedan acceder a información detallada respecto a sus productos y realizar pedidos en línea.
Pacheco dice que su historia es un testimonio del poder de la resiliencia y la importancia del apoyo comunitario.
"Nunca dejes de creer en ti mismo. Hay infinitas posibilidades de avanzar y lograr los sueños que te propongas en este gran país de oportunidades infinitas", dice Pacheco, como una buena representante del espíritu inquebrantable de los emprendedores latinos que prosperan en Estados Unidos.
"A veces tienes que perderte para encontrarte a ti misma", reflexiona la experta en tablas de charcutería, quien, después de años de lucha y adaptación en Tampa, ha encontrado no solo su camino, sino también su propósito.